GLORIFICAR A DIOS CON EL CUERPO
1 Corintios 6:12-20 V.C. 6:20
- Huid de la fornicación (12-18)
La comida es para el estómago y el estómago para la comida. Pero ambos serán destruidos. Sin embargo, nuestro cuerpo es para el Señor. Así como Dios resucitó a Cristo, también resucitará nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo es miembro del Señor. Entonces, ¿cómo podemos entregar lo que es de Cristo a una ramera? La fornicación es un pecado grave ante Dios. Implica entregarse y ser uno con la ramera en lugar de Cristo. Entregarnos a los placeres carnales produce esto.
- Glorificad a Dios en vuestro cuerpo (19,20)
Entre los cristianos de Corinto había algunos que pensaban, influidos por la filosofía griega, que lo importante era el alma. Por eso, llevar una vida desenfrenada con el cuerpo no era pecado. Había gente que justificaba la corrupción sexual diciendo: “Dios creó el cuerpo y también creó el deseo sexual, por eso es natural saciar ese deseo sexual”. Pablo explica su error. Nuestro cuerpo es el templo donde habita el Espíritu Santo por salvarnos en Cristo. Cristo nos compró, así que no somos más esclavos del pecado. Todo nosotros le pertenecemos a Dios. Por eso debemos presentarlo ante él en sacrificio vivo para su gloria. El mundo actual tiene la misma tendencia que los corintios de aquella época, debemos cuidarnos de su influencia.
Oración: Señor, perdóname por abusar de mi cuerpo, que te pertenece. Ayúdame a glorificarte con él desde ahora.
Una Palabra: Glorificar a Dios con el cuerpo.